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martes, 2 de noviembre de 2010

secuéstrame la vida!

En el preciso instante en el que se marchó, dejó su olor anclado en cada uno de sus glóbulos rojos. Ella que era experta en ello, recorrió todas las calles y avenidas de la ciudad en buscando aquel olor que le recordaba a él, miró incluso debajo de su almohada, en las copas de los árboles, en su taza de desayuno, en las nubes con formas graciosas, con la seguridad de que podría reconocerlo a varios metros de distancia, pues aquel olor era inconfundible. No quedó ni un solo portal, ni un solo bar bohemio, jugueterías, tiendas de gominolas e incluso mercerías.
Sólo quería volver a tener cerca ese olor, para capturarlo en un frasquito y abrirlo cuando se sintiera vacía, cuando quisiera dibujarse una sonrisa.
He aquí la pobrecita chica pálida, que buscó por toda la ciudad y nunca se le ocurrió buscar dentro de sí misma… en cada uno de sus glóbulos rojos. He aquí la que grita: secuestrame los días.


lunes, 25 de octubre de 2010

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Una vez coincidí con una niña de ojos grandes aficionada a beberse la vida en vasos de chupitos o en botellas de vidrio verde tradicional. Vivía bajo el temor de cien francotiradores que la habían acompañado a lo largo de su vida y disparaban balas de ironía, inhibidores de excentricidades y aniquiladores de emociones prestadas.
Cualquiera podía comprobar que su olor estaba a medio camino entre algodón de azúcar, poema romántico y zumo de naranja recién exprimido.
Los más oportunistas la han visto alguna vez correr descalza por asfaltos húmedos o líneas amarillas recién pintadas. Otros sólo han encontrado en un botón de su camisa un pedacito de vísceras tostadas por el sol, adornado con algún pétalo de margarita deshojada.
Lo último que sé de ella, es que un día decidió desaparecer del mundo, al darse cuentan de que la ternura de aquel corazón no le permitía sobrevivir otra crisis de adaptación. Fue como si se visionara a ella misma dentro de una película, de una adaptación cinematográfica de la Marvel. Durante toda una noche vivió un baile de disfraces. Todo giraba muy deprisa, la música se elevaba por encima del umbral de lo tangible, sus pensamientos más infantil estaban siendo centrifugados poco a poco, mil insectos caminaban bajo sus pies buscando alimento, se convertía en desierto, perdía su inocencia.
Se le abrieron los ojos de par en par en medio de la madrugada. Su único movimiento fue un pequeño giro para alcanzar su libreta de notas y su bolígrafo habitual. Sólo era necesario escribir una raya firme en su libreta, comprender que aquella había sido su primera pesadilla como adulta. Sí, como adulta, de esas que lo saben todo y que se crean grandes y miserables expectativas a cerca de los niños.
Quizás ella sólo fue en mi vida como un tocadiscos parado en mi canción favorita, quizás sólo un pestañeo en medio de una noche a ritmo de blues o quizás un elixir con mil gotas de sueños.
Quién sabe si algún día volveré a verla. Las malas lenguas dicen que se esconde en aquella caverna donde Peter Pan rescató a Tigrilla. Pero si algún día lo hago, prometo compartir con ella nuestra obsesión por las mariposas verdes con lunares azul marino, las luciérnagas y la lluvia en botella.

sábado, 23 de octubre de 2010

Dolía como nunca.

Llegó sobre medianoche. Se combinaron sus sonrisas, se tiñeron sus muecas de un tierno amor infantil. Le tendió su mano. Bienvenida. No se quitaron la careta, prefirieron seguir ocultando su rostro. Llegó la hora. La atmósfera cargada mezclaba verdades mentirosas con mentiras ciertas. El negro comenzó a manchar sus pómulos como si llevará cien años sumida en dulces lágrimas que le sostenían la sonrisa. En sus manos se dibujaba la profesión más antigua del mundo, pero no era una vulgar prostituta –estoy casi segura de que se ganaba la vida tocando la guitarra-. Bailaron toda la noche. Exhaló un suspiro interior y esperó que el veneno actuara. Se acabaron los graznidos de los cuervos que sobrevolaban su ecosistema natural y el suave olor a orquídea que armonizaba el ambiente. Cerró los ojos. Soñó cien veces que se escribía en la mano historias basadas en la sinfonía de sus ojos. Subió a su carroza. Era obligación sacar su pañuelo por la ventanilla y agitarlo con el mayor desprecio del mundo. 

lunes, 18 de octubre de 2010

:)

Durante algún tiempo, había olvidado aquel haiku japonés que ten algún momento de su vida habría tenido un significado cercano a la intensidad de cualquier puñalada en las costillas:
"Donde hay hombres,
habrá moscas, y habrá
Budas también."
Pero aquel día, en el que su emotiva alma de niña continuaba haciendo equilibrismos en el borde de la acera, con todas sus sonrisas prefabricadas y algún que otro pedazo de corazón de alguien especial metido en su maleta, todo ello cerrado bajo candado; un ratoncillo con ojos de gato le susurró al oído: no comas eso....te va a hacer daño...a propósito quieres dar una vuelta en la noria conmigo? si tu quieres cuatro y media y nos quedamos parados en la cima:)
A ella que tenía los ojos ahumados y apenas ningún tirabuzón dorado en el pelo, a ella que le pareció alguna clase de broma... se se iluminaron hasta las mismísimas pestañas y asimismo, se conocieron, porque que no podrían haber hecho otra cosa, porque otro cosa hubiera sido un error.
y haciéndose la interesante durante un par de segundos gritó: Dame vida! escribe un poco de rockanroll conmigo! juega a la rayuela conmigo

jueves, 14 de octubre de 2010

(ll)ámame amor de lunes a viernes


Cuando sus delirios narcóticos la devuelven a su estado mental natural, cuando no lleva vestido ni zapatos de cristal, todo su tuberculoso universo vuelve a su lugar, gobernado por una especie de demiurgo interior al que no tiene más remedio que sucumbir.
Pero no era momento para bromas, se había pasado con la dosis, se había bebido el amor a puñetazos, diría que incluso desconociendo la mecánica de los sorbos. Ni cuenta se dio en el preciso momento que a medida que el elixir discurría por su interior, iba abrasando cualquier tipo de célula que encontraba a su paso, impregnándola de la definición de aquella palabra a la que siempre había temido: ilusión. ilusión de verdad, de la buena

viernes, 3 de septiembre de 2010

Jodida distancia... Oxford esta demasiado lejos para no exharte de menos

Se rumorea que el señor Nietzsche está embarcado en una cabal persecución contra todo aquel que haya lastimado a alguna dama de corazón grosero. Obviamente hablar mucho de sí mismo es un buen modo de ocultarse, pero no se puede ir prometiendo sentimientos sin pensar que son tan fáciles de cumplir como las emociones.
Que por si ese ser desalmado aún no se ha dado cuenta, ha lastimado un corazón extremadamente frágil, lo ha coloreado de un verde fluorescente y ahora sólo se distrae jugando a ser un gato colgado de un tejado , mientras que la sangre que lo mantiene vivo, se va evaporando en cada débil latido y condensándose en torno al dedo anular –que reviente de una vez la última promesa que le hizo- .
Sus propios gritos la transportan a una noche polar, interminable. Sufre una taquicardia en los tobillos y un tibio olor a albaricoque le regala alguna que otra náusea y un pensamiento absurdo. Aprieta los puños bajo las sábanas, comienzan a sudarle las pupilas al imaginarse apuñalando una fotografía de piaget pero solo enseña los dientes y se diluye con las sábanas.
Rescátala de ese lobo con piel de cordero. Sálvala de huracanes profanos y enséñale buenos modales.

viernes, 20 de agosto de 2010

Escribe para llorar, llora para respirar.

Muy afanada, en la cocina, prepara taquitos de vísceras de víbora a la vinagreta, creyendo que hace un favor a la escasa y moribunda humanidad del planeta. Prueba un poquito, -con aquella cucharilla de café que le araña el labio superior- y siente mil pequeñas bombas explotando en su interior complementando su banda sonora con la de mil cuchillos clavándose en todos sus extremos, aprieta fuerte los dientes al notar el ácido derramándose lenta y eficazmente por cada recoveco de su cerebro, penetrando a su paso en el cuello, estómago, innombrable corazón, y finalmente puños. En cambio, su esqueleto no sufre ningún deterioro, sus huesos han sido sometidos a u curso teórico-práctico –de unas 22 horas y 111 euros pagados al contado- de cirugía ósea. Sus manos se despellejan una a la otra, su cabellera se va desprendiendo esparciéndose por el suelo provocando la contracción del corazón, el abdomen y la entrepierna.
En su organismo no sólo se producían alteraciones fisiológicas, sino que su ultraimaginación como muestra de rebeldía, organizó un motín contra todo aquel que pretendía atar sus instintos más animales. No me refiero a que Medem hable en femenino, sino a historias decoradas con lunares, a resacas de emociones y a mañanas quemadas organizando un plan de huida sin vuelta atrás, ropa esparcida por el pasillo y un continuo devenir de inseguridades arañadas e ineficaces que han perdido la capacidad de provocar aquellos escalofríos tan característicos.
Consigue verse en un futuro próximo que no puede apenas describir. Una sala de espera, trenes, taxis, aviones, incluso alguna que otra parada de metro. Que mal se le da esquivar sentimientos, intenta moverse pero el veneno la raja por dentro. Le gusta cumplir promesas, y enseñar el dedo corazón cuando alguien intenta convencer de que es capaz de romper el mundo siendo tan sólo pedacitos.
El efecto va terminando. Perseguir un dinosaurio. Escupir desde un rascacielos. Escribir una declaración con luces brillantes. Reventarte con una sonrisa. Un revolver gritando: “puta desgraciada, me besaste y te fuiste”. Volar, volar lejos. Huir. Pasan por su mente las imágenes de sus deseos más maquiavélicos.
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miércoles, 18 de agosto de 2010

Desintoxicándola

De vez en cuando el sueño decide olvidarse de su beso de buenas noches, la abandona y la ahoga en un mar de pensamientos que provocan una alteración tan grande que corre el riesgo de que la sístole y la diástole la hagan estallar en cuatrocientosmil microcristales de hielo.
Tras una noche de esas, le gusta buscar escondites en todas partes, lee los carteles de toda la calle mientras espera el autobús, camina muy despacito por alguna callejuela secreta de su gran atrocIudad, tiembla hasta las pestañas cada vez que las innombrables aparecen en escena incuso se olvida de como sonreír cuando dichas incoherentes se acercan demasiado.
Las cicatrices internas le pasan factura de cuando en vez, arranca las hojas del calendario con una sutileza increíble y odia durante unos segundos los suspiros, los alientos, la piel de alguien que comprenda su forma de mirar.
Sólo es posible tocar su interior tumbándote a mirar las nubes con ella y descubrir juntos su significado, quizás también dando patadas al unísono a latas oxidadas, puede que canturree algún que otro demonio interior.
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martes, 17 de agosto de 2010

sonrío como nunca

2.0 MySpace Layouts
Heart MySpace Layouts
Venga, agárrame fuerte y llévame a ese lugar dónde todo está lleno de colores chillones y los elefantes llevan mochila y zapatillas de deporte. Dónde las camas son de princesas, y los demás muebles a juego con los sueños de tu sueños. Dónde al mirar al cielo te conviertes en poesía y te diluyes con el aire impregnando de una leve sonrisa cualquier organismo con el que te cruces. Dónde podrás abrir la puerta a mundos infinitos sólo con las palabras mágicas: "nunca te soltaré", y convertir la alegría en eternidad. La India es una habitación y Nueva York sale por el grifo de la bañera llenándote los pulmones de bullicios. Si quieres puedes vivir en la cima de una montaña lejos de la multitud, y abajo, todo son gritos mientras tu único grito es de felicidad pura. Entonces estallas, se propaga cual pandemia vírica y todo se convierte en sonrisas prefabricadas, con piernas de plástico que corren y corren por el mundo. No me resulta imprescindible un elefante con mochila ni lujosos atuendos, tan siquiera que el café esté caliente. en realidad tampoco me importa cualquiera que sea el lugar mientras los árboles abracen al que se apoyen en ellos y las estatuas señalen al infinito con su enroscado bigote.



sábado, 14 de agosto de 2010

:)

2.0 MySpace LayoutsFueron los personajes más interesantes de la película, se quemaban con la mirada pero odiaban la sensación de libertad, durante toda la vida le habían enseñado a alimentar un alma frágil, a resguardarse bajo una manta cuando tienen escalofríos y nunca a amar la sensación de sobredosis de algo inocuo, de vértigo genuino. A medida que se producían alteraciones en el hipotálamo y tomaban una tonalidad rozando la fluorescencia sus palabras eran de una pasta diferente a la de los demás mortales habitantes del planetacordura. Ojala el director mostrará un segundo de compasión por alguna clase de espectador de ojos bien abiertos y moldeara durante un segundo a los actores comprendiendo que lo peor de vivir dentro de un caparazón que reprime sus instintos más animales es la consciencia de que la conciencia se come segundos de tu tiempo y con ello pedacitos de tu vida. Sabiendo que pisar por aquellos lugares donde no vemos el fondo asusta, que es mucho más cómodo caminar por donde el mar nos cubre sólo la puntita de los pies, pero que corras en sentido contrario de la luz no siempre significa que vayas a quedarte a oscuras, además qué sentido tiene obligar a tus entrañas a vivir con miedo a mañana, estarás perdiendo el tiempo delante de una puerta que no te atreves a abrir por capricho de un pánico sinsentido. Vive en silencio o grita, acostúmbrate a la desdicha que te has pegado en la frente o disfruta del veneno de lo emocionante.




martes, 10 de agosto de 2010

Muerte visceral

2.0 MySpace LayoutsEn realidad está muerta. Llevaba ya demasiado tiempo encartada en una de esas equivocaciones tan dolorosas que no alimentaba, no latía, sólo esclavizaba, así que basta ya de verdades metamorfoseas. Regalemos a Pandora el privilegio de enterrarla rodeada de navíos llenos de piojosos bárbaros, estrellas remendadas, tiritas hipocondríacas y sufrimientos de domingo.
Sea por un amor incondicional o por puro morbo, yo misma, que también he muerto varias veces, me he aventurado a leer las últimas páginas de su diario. Aquellas hojas amarillentas y medio descompuestas por el abandono, encerraban todo un ensayo sobreespaciovivir. Y a pesar de que mis endorfinas están de viaje gracias a mi terrible miedo a ser feliz, lo cierto es que llegué a conmoverme, e incluso por un momento sentí ganas de redirigir mi vida. Vivir más rápido. Pisotear muchas más leyes carentes de significado. Sintetizar una droga explosiva, calentarla a fuego lento y esperar a ver si le revienta el cerebro a ese duende que trata de envenenarme continuamente. Coser una alfombra de algodón rojo y saltar durante horas. Matarme sin objetos punzantes. Organizar un atentado terrorista contra todos los golpes de suerte. Hacer caso omiso del “blableblibloblu”. Contaminar los peligrosos ojos de aquella bruja de lengua larga con el humo de mi cigarro. Insinuarle a mi canino amor que puede mearle en su escoba voladora. Sobrevivir, pero así todo junto, sin espacio ni para una mísera palpitación, muy apretujado.
Una verdadera tragedia que haya muerto de inanición voluntaria-al menos eso afirmó el forense-. No se pudo hacer nada por ella. Su existencia ya no tenía sentido, era demasiado ineficaz. El mundo no estaba hecho para Esperanza.

lunes, 9 de agosto de 2010

COBARDE COBARDE COBARDE COBARDE. TE HAS QUEDADO SIN ALAS.

Allí se quedó al más puro estilo de una canción infantil, emborrachándose con una copa de sí misma ligeramente rebajada con un elixir de ideas que la libera de sus toxicidades y le produce una sensación narcótica, más ridícula que interesante. De un momento a otro vomitaba inocencia por cada uno de los arañazos malcicatrizados de la piel. Entre paréntesis, escuchaba el agonizante maullido de un animalillo sin sangre contra las vírgenes paredes de cualquier árbol hueco. A sus constantes pies helados de todas las mañanas de tormentas estivales, se sumó progresivamente el resto de su organismo mientras la tierra húmeda le devolvía un grito de socorro que rápidamente ignoró.

Lo cierto es que a pesar del tiempo que ha pasado ya, nunca se perdonará haber abandonado todo lo que algún día llegó a amar. Aquel príncipe nunca se lo agradecería. Así recordó como dejó de ser una distinguida dama cortesana para ser una simple chica sin alas. Y allí sentada en aquel pedazo de madera que empapaba toda su ropa, eliminó el “nopuedohacerlo” de su vocabulario. Y se quedó pensándolo hasta el borde asfixiante de la noche. No era más que una soñadorus vulgaris, de las que crecen en todos los bosques y ciudades del mundo occidental-no confundir con las orientales que tienen aspiraciones totalmente diferentes-, de las que les gustan cumplir promesas, mancharse al comer fresas, tomarse un zumo de naranja por las mañanas y tener pesadillas en la época de exámenes.
Tan pronto cayó la noche decidió de una vez por todas de acabar con aquel estúpido juego. Iba a dar con el escondite de la señorita suerte. Camino unos doscientosveinticuatro minutos por aquel bosque desierto, esquivando ilusiones rotas, fumándose el aire que él le dejara por herencia y saltando alguna que otra rayuela imaginaria. Y cuando por fin la encontró, echó a correr lo más rápido que podía, nunca pensó que sería tan difícil enfrentarse a aquel tumor que tenía por corazón y purificarlo para que recobrara su latido habitual.

viernes, 6 de agosto de 2010

melancolía

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En el romántico café que hacia esquina en la calle Lepic, se respiraba demasiada melancolía. En su esquinita habitual, aquella mujer apuraba su café a sorbitos pequeños quemándose los labios. La enorme linealidad de las mañanas apaciguaba las imágenes que ahora discurrían por su mente, embalsamando los recuerdos una vez exprimidos hasta la mismísima pulpa. El verano en el que rió hasta que le salieron esos hoyuelos que tanto le gustaban, en el que buscaba atardeceres entre los edificios y el tráfico, en el que conquistaron el mundo, con una capa roja y la sonrisa más salvaje del mundo, volaron los océanos y se alojaron en una estrella para prometerse que algún día llegarían al fin del mundo para no regresar nunca, como una bomba atómica o el segundo anterior a un orgasmo.
Era demasiado doloroso recordar aquello, la sensación incluso llegaba a retar a su propia integridad, pero poco a poco aprendía a saborear la soledad e iba vertiendo a cuentagotas el contenido de su encharcado corazón, expectante de alguna comadreja que amenace con ayudarla.


jueves, 5 de agosto de 2010

Imágenes antes de un suicidio

Se ha sentado en un banco a escribir cuentos para ella misma, hablando de días raquíticos y vacíos, de unos tristes ojos oscuros y de gritos con labios sellados que parecen un jodido trabalenguas.


De repente, se apaga la luz de la farola que iluminaba el papel donde escribía, las baldosas del suelo se vuelven más oscuras que de costumbre, la luna se tapa los ojos con las nubes y comienzan a temblar hasta los tobillos de una experta en tacones. Saca la escoba que utiliza para barrer los pedacitos cuando se destroza por dentro y el tocadiscos de su pecho comienza a vomitar polvo y latir al ritmo del principio del cuento que escribe. La Tierra comienza a temblar y el lejano oeste protesta, grita y patalea cuando le promete al benévolo mundo que jamás añorará.

De un momento a otro, se ve sumida en un sinsentido de caretas de monstruo y felices muecas faciales. Es en este momento cuando comienza a asimilar que mañana tendrá que crecer de golpE, que las palmas de las manos ya no volverán a oler a sal por que nunca más sobrevolarán el mar, ni volverán a comer pescaditos sentados sobre la hierba de aquel acantilado. Ojos abiertos y suspiros a contraluz. Se siente como aquel que quiere y no puede, como el que lleva meses esperando el estreno de una película y cuando va a verla se encuentra en el cine un cartel que dice:”Cerrado por motivos técnicos”. Los sentimientos se han soldado en la tinta del bolígrafo que utiliza para escribir los finales felices e infelices de sus relatos.

Recordó el día en el que se escribió en la frente que el cielo se caería si alguna vez se encontraba en una situación como esta y lo cierto es que ha escogido la incandescente bola de fuego para quemarse la frente y apostar por cada centímetro de su independencia emocional, y no sólo eso, hace de tripas corazón y se autoconvence de que algún día tendrá el suficiente valor de vocalizar todos sus pensamientos sin echarse a llorar y sin la necesidad de un diccionario bilingüe de bolsillo español-nudosdegarganta para interpretarlo.

De pronto, todo vuelve a la normalidad, los perros siguen paseando, las farolas recobran vida y ella dibuja un corazón en el papel. Se levanta. Desenfunda un ARMA. Se dispara en el pecho exhalando un último suspiro de sangre roja

miércoles, 4 de agosto de 2010

Puro amor

No es más que un sinónimo de un invierno de los años treinta por las orillas del Volga o cualquier otro río que susurre frío. Con las pestañas entumecidas, nos obsesionamos con violar a la nieve virgen que caía de las nubes que llevaba la chica hecha de lluvia sobre su cabeza. Él se le acercaba para sorber los copos que lloraba y atrapar con la lengua los que se le quedaban pegados a las mejillas. La sonrisa les pegaba puñetazos y el amor se incrustaba en el velcro que componía sus ojos.


Era obvio que no podían nadar a contracorriente, que cntnuará la espeluznante historia del antiguo testamento, escribiéndose por sí sola, tan cruel como apasionante.

martes, 3 de agosto de 2010

Salto al vacío

Como si de la última carcajada de primavera se tratase, se quedaron flotando como mercurio líquido en medio de la pulpa herida de una naranja con esencia de azahar y recordaron la cara de satisfacción que se les quedaba de pequeños cuando cazaban moscas y les arrancaban las alas cual tiranos poderosos, aplastando a sus mascotas cautivas. Han pasado ya miles de años desde entonces y sus pasatiempos se han sofisticado a lo largo de esos calendarios de veranos fugaces, ahora son más de oler las nubes de color blanco-hospital, emborracharse las arterias, mudarse la piel del corazón y viajar al círculo polar sin maleta ni pasaporte, con el único miedo al vértigo de la felicidad.

lunes, 2 de agosto de 2010

Volvemos a amar la vida

Volvemos a aquel extenso hábitat que una vez nos transportó desde un más que inusual principio, hasta una fugaz y parpadeante aleatoriedad rodeada de una desproporción contundente de enanos pisoteados por las ansías de futuro y las listas de espera en abrazos y sus derivados. Volvemos a ignorar los gritos paganos de aquellos seres humanos que agarran lágrimas de plástico erosionadas por la marea que las trajo hasta sus pies. Volvemos a besar esos moretones de miedo que amargan un anochecer con su efervescencia característica de una noche azul marina a lunares blancos en pleno mes de julio. Volvemos a reírnos a carcajadas por andar descalzos y clavarnos ramitas en la planta de los pies, a fascinarnos con la inmensidad de lo finito y la austeridad de lo infinito. Volvemos a amar la psicología, los grandes de dramas familiares y cualquier otro libro que grite alguna frase interesante, las flores que nunca se mueren y nuestra aberración contra los perros salchicha y las nubes sin forma.